A partir de los 40 años comienza lentamente el proceso de envejecimiento unido muchas veces a enfermedades degenerativas y limitaciones funcionales, el cual se podría moderar con dietas y complementos ricos en antioxidantes.
El estrés oxidativo debería ser controlado, ya que es la base del envejecimiento y tiene un rol importante en la arteriosclerosis, la inmunodepresión y otros procesos degenerativos e inflamatorios.
La suplementación de la dieta con antioxidantes (como el ácido tióctico, los omegas, la N-acetilcisteina, las vitaminas C y E, y los antioxidantes fenólicos) lograría prevenir o frenar los procesos degenerativos, ayudando así a conseguir una mayor y mejor vida.